Discurso inaugural Seminario Anual XXI
Discurso de bienvenida Seminario Anual XXI: LatAm Embracing Opportunities
Quiero comenzar saludando y agradeciendo por su presencia a mi querido amigo José Luis Daza, viceministro de Economía de la Nación Argentina. En este seminario han presentado distintas autoridades extranjeras, esta vez lo hace un hombre de la casa. Saludo también a las autoridades nacionales presentes. Doy un saludo muy especial a José Antonio Kast, a quien le entregaré el podio en unos minutos, y desde ya a Evelyn Matthei y Jeanette Jara, quienes nos acompañarán durante esta mañana. Es un privilegio contar con la presencia de los candidatos presidenciales que lideran las encuestas. Para agradecerles, les pido un gran aplauso para ellos.
Además, saludo a Richard Baldwin, destacado profesor de Economía Internacional del IMD Business School; a nuestro querido director Sebastián Edwards, profesor de UCLA, y a nuestros socios de Patria, encabezados por nuestro CEO, Alexandre Saigh; y a todos nuestros clientes, amigas y amigos que nos acompañan en forma presencial —incluyendo a quienes han viajado desde otros países— y a quienes nos siguen vía streaming.
El título de nuestro seminario “LatAm: Embracing Opportunities”, o en español: “Latinoamérica: Aprovechando las Oportunidades”.
Que esta región y nuestro país tienen grandes oportunidades, es indiscutible. En el seminario del año pasado destacamos algunas de las oportunidades que podrían ser relevantes en las próximas tres décadas. Subrayamos que: estamos alejados de los focos de conflicto geopolítico; que contamos con abundantes recursos naturales claves para enfrentar el cambio climático; y que tenemos formas de compensar los efectos adversos de la fragmentación de la economía global. También, pusimos énfasis en la transformación que está produciendo la inteligencia artificial, que espero sea una revolución tecnológica al servicio de la sociedad.
Este año, hemos querido enfocar el seminario en cómo Chile y América Latina pueden aprovechar estas y otras oportunidades. El momento es propicio. En los próximos 14 meses, los electores de Chile, Perú, Colombia y Brasil elegirán nuevos gobiernos. Hay que considerar qué si estos cambios políticos conducen a la implementación de mejores políticas públicas, nuestras economías podrían dar un salto sustantivo en su desarrollo.
Tengo la firme convicción de que el destino de las naciones depende, fundamentalmente, de sí mismas, y muy especialmente de las políticas que impulsan e implementan sus gobiernos.
Estamos en Chile, somos el primer país de este ciclo electoral, y por eso decidimos invitar a los principales protagonistas de nuestra próxima elección presidencial.
A ellos, les propusimos un formato distinto al tradicional debate que abunda por estos días. Hoy queremos escuchar sus diagnósticos y propuestas de manera más integral,
con más tiempo y menos interrupciones. Para ello, cada candidato dispondrá de 20/25 minutos para exponer. Luego tendremos la oportunidad de hacerles algunas preguntas. Agradecemos profundamente que hayan aceptado participar.
Me parece que esta mañana tenemos una oportunidad única para llevarnos de los candidatos presidenciales una idea clara de que modelo de sociedad cada uno de ellos aspira. Al menos a mí, me parece que en algunos casos son modelos muy antagónicos. Interesante poder contrastar a través de sus programas e iniciativas, que subyace sobre:
- Libertad individual v/s enfoque colectivo
- Economía de mercado v/s economía planificada
- Propiedad privada v/s propiedad colectiva
- Competencia v/s igualitarismo económico
- Estado limitado v/s rol central del estado
Aunque el destino de las naciones se forja internamente, el entorno internacional también importa. Como bien lo saben los navegantes, cuando cambian el viento y el oleaje, hay que ajustar el timón y las velas.
Y el entorno global está cambiando con fuerza. Las políticas económicas del Presidente Trump, que entre otras han elevado el arancel promedio a las importaciones de ese país desde menos de 3% hasta cerca de 18% y pueden elevar la deuda pública (sin considerar la deuda intra gubernamental) desde 100% del PIB el año pasado a 130% en 2035, están reconfigurando el orden económico internacional. Esto levanta muchas preguntas: ¿cómo evolucionará la guerra comercial? ¿Cuál será su impacto en la economía mundial? ¿Qué efectos tendrán esas políticas sobre las tasas de interés y el valor del dólar?
Para reflexionar sobre estas y otras interrogantes, tendremos esta mañana un panel internacional con los profesores Baldwin y Edwards. Esperamos que, además de sus análisis, puedan compartir recomendaciones sobre qué esperar y cómo enfrentar este nuevo entorno.
Dicho eso, insisto: el destino de los países está, en primer lugar, en sus propias manos. Y si hay un país que hoy está haciendo cambios profundos es Argentina, aunque no exenta de riesgos de implementación.
Nos interesa lo que allí ocurre, no solo por tratarse de nuestro vecino, sino también por el ejemplo que puede representar —guardando las diferencias de contexto— para otros países de la región, incluyendo el nuestro. Por eso, será un privilegio escuchar hoy a José Luis Daza, quien como viceministro y miembro del equipo económico del Presidente Milei, es un actor clave de ese proceso.
Quiero referirme a los desafíos que enfrenta nuestro país.
Desde 2014, la economía chilena ha sufrido un serio retroceso. Si en el decenio previo habíamos crecido a un promedio de 4,8% anual, desde entonces crecemos a apenas al
2,0%. Las causas son fundamentalmente internas. Desde hace más de una década, las políticas públicas han tendido a erosionar la confianza, la inversión y el crecimiento.
Ya en 2013, en este mismo seminario, antes de la elección presidencial de ese año, expresamos preocupación por algunas de las ofertas eleccionarias que se estaban presentando, como fuertes alzas de impuestos, la posibilidad de una asamblea constituyente, gratuidad en la educación superior, reformas en el plano laboral, más regulación y judicialización, y ataques políticos a prácticamente todas las actividades económicas por el solo hecho de generar una renta, ese “lucro” tan mal entendido. Advertimos entonces que la implementación de esas ideas dañaría la inversión y el crecimiento de largo plazo.
Desde entonces, la lista de malas políticas públicas ha sido larga: Reformas tributarias que desincentivaron la acumulación de capital; una explosión de permisos y trabas para nuevos proyectos; medidas que agravaron la rigidez y baja productividad del mercado laboral y retiros de fondos previsionales que mermaron el ahorro.
Lo más triste, es que la gran mayoría de estas malas políticas, tuvieron un apoyo casi transversal en el congreso, desde la izquierda a la centro derecha chilena, en parte como consecuencia de nuestra fragmentación política. A lo anterior, sumamos la primera propuesta constitucional que, de haber sido aprobada, nos habría lanzado al abismo; y la renuncia del Estado a ejercer su rol básico de garantizar la seguridad ante el avance de la violencia, la delincuencia y el crimen organizado.
Me detengo en dos temas que destacamos en 2017, también año de elecciones. El primero fue la necesidad de mejorar la calidad y la coordinación de las instituciones del Estado para resolver la “permisología”.
Además de promulgar e implementar la Ley de permisos sectoriales, es urgente acabar con las trabas y demoras a los proyectos basadas en motivos ambientales y patrimoniales injustificados y en muchos casos, derechamente abusivos. En mi opinión, hoy necesitamos cambios sustanciales en el funcionamiento de entidades como él SEA, la SMA, la CONAF, Monumentos Nacionales, y el MOP, por mencionar algunas.
El segundo tema fue la necesidad de robustecer y perfeccionar el sistema de ahorro individual. La aprobación de la PGU en enero de 2022 y la reforma previsional de este año han sido avances importantes (aunque esta última con varios elementos cuestionables). Ahora se viene un gran desafío de implementación que incluirá hacer ajustes normativos. Entre ellos, considero especialmente importante, al igual como lo ha mencionado el renovado líder de la Superintendencia de Pensiones, Osvaldo Macias, es necesario mejorar el gobierno corporativo de la Superintendencia, y definir un régimen de inversiones moderno y flexible, que permita mejorar la rentabilidad y gestión de riesgos del sistema.
Señalé hace unos instantes que la economía chilena ha sufrido un serio retroceso y que la lista de malas políticas públicas ha sido larga. Hoy estamos sufriendo las consecuencias.
Las cifras de empleo reportadas por el INE dan cuenta de una creación neta de solo 141 puestos de trabajo en el último año móvil. Entre diciembre de 2021 y junio de 2025 el desempleo subió de 7.2% a 8.9%, y el femenino llegó casi al 10%. Para el mismo período, según las cifras de los fondos de pensiones, el empleo formal se contrajo en 54 mil empleos. Ligado a lo anterior, los salarios reales prácticamente no han crecido durante la última década.
Otros frentes:
Según el más reciente Catastro Nacional de Campamentos de TECHO-Chile, actualmente, hay más de 120 mil familias viviendo en asentamientos precarios. El estudio reveló la existencia de 1.428 campamentos, alcanzando la cifra más alta desde 1996. Esto es parte de un problema más amplio, el déficit habitacional, que según cifras del MINVU supera las 550 mil viviendas y según estimaciones de la Cámara Chilena de la Construcción llegaría al doble de esa cifra.
En el plano de la salud, las listas de espera superan los 2 millones de compatriotas y durante 2024 más de 36.000 personas fallecieron sin poder atendidas. Desde el año 2013, las listas de espera se multiplicaron por 5,5 veces.
De la mano de este deterioro en la calidad de vida de los chilenos y del debilitamiento del Estado de Derecho, hemos tenido un incremento en la inmigración ilegal, el crimen organizado, el narcotráfico y actos delictuales graves. Aunque parezca insólito, las autoridades han celebrado la reducción de la cifra de homicidios en 2024, a “tan solo” 1.207 casos (más de 23 asesinatos por semana), la realidad es que estos se han más que duplicado en la última década.
El año pasado el delito de secuestro alcanzó el récord de 868 casos. Según la Fiscalía Nacional, está estadística mostró un punto de inflexión durante este gobierno, los secuestros se multiplicaron por 2,5 veces en 3 años.
Por otro lado, hay un deterioro en la probidad de las instituciones del Estado, Caso Convenios (2023), Caso Audios (2023) y Licencias Médicas (2025) son solo algunos ejemplos.
La buena noticia, es que la elección de un nuevo gobierno nos da la oportunidad “única” de enmendar el mal rumbo que emprendió Chile desde el año 2014.
¿Hacia dónde debe apuntar nuestro próximo gobierno? La historia económica ofrece una respuesta clara: necesitamos un Estado que funcione, es decir, “Que garantice el Estado de Derecho” y que permita prosperar.
Permítanme explicarlo.
Un Estado que funciona es aquel que logra hacer cumplir la ley en todo su territorio. Que ejerce el monopolio legítimo de la fuerza para garantizar la seguridad, que recauda eficazmente los impuestos establecidos, que administra bien los recursos públicos y hace cumplir contratos y normas. Lamentablemente, ese NO el Estado que tenemos hoy.
La primera meta del próximo gobierno debe ser, entonces, hacer que el Estado efectivamente haga su pega.
Un Estado que permite prosperar es uno que amplía las oportunidades y crea un ambiente propicio para invertir, innovar y trabajar. Esto implica fomentar la educación, la movilidad social y la equidad. Pero también, significa proteger los derechos de propiedad, establecer impuestos que sean competitivos a nivel mundial, asegurar estabilidad jurídica, política y económica. Chile ha retrocedido en todos estos ámbitos. Promover un entorno en que todos puedan tener éxito debe ser la segunda gran meta del próximo gobierno.
No pretendo ofrecer yo el programa. Para eso están los candidatos presidenciales y sus equipos. Solo insistiré en lo que ya dije el año pasado: la prioridad es aprobar reformas mucho más ambiciosas para recuperar el Estado de Derecho y elevar el crecimiento económico. Para ello requerimos “iniciativas con sentido de urgencia y audacia”.
Hoy quiero compartir una reflexión específica: la necesidad de revitalizar nuestro mercado de capitales. Para crecer, Chile necesita más y mejores inversiones, financiamiento y alternativas de ahorro. Quedarnos como estamos perjudica a emprendedores y empresarios, pero sobre todo a nuestros trabajadores y trabajadoras que no acceden a mejores empleos, remuneraciones, pensiones y una salud digna.
Un mercado de capitales profundo y eficiente es esencial. El desarrollo del mercado de capitales democratiza el acceso a financiamiento, mejora la competencia y fortalece el crecimiento. No es coincidencia que la época de mayor progreso económico en Chile, coincida con el período de mayor avance del mercado de capitales.
En Moneda Patria nos sentimos orgullosos de nuestra contribución al país. Desde que comenzamos en una pequeña buhardilla hace más de treinta años, hemos generado los mejores retornos para nuestros inversionistas y valor sustentable para la sociedad. Nos enorgullece, en particular, estar aportando a mejorar las pensiones de los trabajadores del país y de otras latitudes del mundo.
Hemos contribuido durante décadas a la modernización del mercado de capitales local, teniendo en el centro el cumplimiento de nuestro deber fiduciario, desarrollando la industria de fondos de inversión, así como a la exportación de servicios financieros desde Chile hacia el mundo.
Lamentablemente, el mercado de capitales ha sido gravemente dañado. Los retiros previsionales mermaron el ahorro disponible para inversión. A eso se sumaron los efectos del refugio en el exterior de muchos inversionistas tras octubre de 2019, la reintroducción del impuesto a las ganancias de capital en acciones (que redujo la rotación de las acciones listadas en bolsa 46% entre 2021 y 2023), y la persistente incertidumbre tributaria que aún enfrentamos.
Me detengo en impuesto a las ganancias de capital para las acciones, este es conceptualmente incorrecto, ya que genera una doble tributación sobre utilidades que ya han sido gravadas a nivel de las SA abiertas. Es más, en Chile tenemos la distorsión que para las sociedades más grandes y generalmente más liquidas, sus acciones pagan 10% y para las sociedades medianas/pequeñas y más ilíquidas sus acciones pagan 27%, aumentando el costo de capital de estas últimas y, por ende, impidiendo una correcta asignación de recursos en la economía. Debiéramos avanzar en eliminar el impuesto a la ganancia para todas las SA abiertas en bolsa, incentivando así, que nuevas compañías lleguen al mercado bursátil.
Llamo a todos los candidatos presidenciales a preparar programas que ayuden a revertir y superar este daño. Para que Chile prospere, necesitamos un mercado de capitales profundo y eficiente.
Ustedes se preguntarán porque presento una visión pesimista y/o negativa en una Seminario de inversiones. Hay un proverbio inglés (que se le atribuye al poeta Oscar Wilde), que me permite justificarla, dice: “un pesimista se queja del ruido cuando la oportunidad llama”.
En Chile, hoy tenemos la última oportunidad para enmendar el rumbo y salir de la mediocridad, está a la vuelta de la esquina, está en nuestras manos y tenemos que aprovecharla ahora.
Por eso, como inversionista y empresario, más allá de las incertidumbres —que siempre existen—, estoy optimista respecto del futuro de los activos que administramos.
Los retornos de los activos de la Región durante este año, con rentabilidades en dólares de 25% para la renta variable, de 19% para la renta fija corporativa en moneda local y de 5% para la renta fija corporativa de alto rendimiento en USD, han sido mejores de lo muchos inversionistas hubieran esperado a fines del año pasado.
En Moneda Patria somos inversionistas de largo plazo, manejamos pocas estrategias de inversión y me enorgullece contarles que al cierre de julio 2025, en Renta Fija tenemos 3 estrategias con retornos de doble digito en sus respectivas monedas para 1, 3 y 5 años. También, y mirando los mismos periodos, en Renta Variable tenemos otros 3 fondos con retornos de doble digito en 1, 3 y 5 años.
Retorno Acumulado en 5 años
- Moneda Deuda Latam USD + 66%
- Moneda Latinoamérica Deuda Local USD +63%
- Moneda Renta CLP +94%
- Pionero CLP +105%
- Moneda Renta Variable Chile CLP +94%
- Moneda Renta Variable Internacional USD +66%
Además, tenemos otros 2 fondos accionarios que invierten en exclusivamente Brasil lanzados más recientemente con retornos de doble digito y muy por sobre sus índices de referencia este año.
¡Felicitaciones a nuestros equipos de inversión!
Hasta ahora la región -con la excepción de Argentina- no está haciendo nada especial. Sin embargo, las compañías donde invertimos han seguido creciendo, globalizándose, logrando eficiencias y mejorando la rentabilidad de sus activos.
La región ofrece mercados poco invertidos y valorizaciones muy atractivas. Por ejemplo: las acciones transan a una razón P/U ajustada por ciclo de 11 veces, el múltiplo regional más castigado del mundo respecto de su promedio histórico. La renta fija corporativa de alto rendimiento en USD paga una tasa de 8,3%; y los mercados locales ofrecen un rendimiento para los soberanos de 10% nominal y más de 6% real.
Esto se une a un efecto colateral de las políticas económicas de Donald Trump, las que están llevando a muchos inversionistas globales a buscar diversificarse fuera de Estados Unidos. En ese contexto, Latinoamérica —incluyendo Chile— ha vuelto a surgir como destino atractivo.
Además, Latinoamérica tiene una menor exposición a riesgos geopolíticos; y un dólar que se debilita, favorece los precios de los commodities y los flujos de capital a la región. Es probable que, más allá del ruido de corto plazo, Latinoamérica emerja de la guerra comercial mejor parada que otras regiones, a lo que se sumará una normalización de la inflación, permitiendo menores tasas de interés.
Por últimos, si este nuevo ciclo electoral nos trae gobiernos más amigables con el mercado, ello también será sumamente valioso. Y con esto me refiero no solo a su contribución a la rentabilidad de las inversiones, sino que al desarrollo de Chile y de la Región.
Finalmente, quiero felicitar a todo el equipo de Moneda Patria por su profesionalismo y abnegada dedicación para entregar resultados sobresalientes y un servicio de clase mundial.
En el día de hoy, quiero agradecer especialmente a todas las personas de Moneda, proveedores y speakers invitados que hacen que nuestro Seminario sea un lugar de encuentro único para aprender, reflexionar y discutir.
Y por supuesto, quiero reafirmar ante todos ustedes nuestro compromiso de seguir administrando sus inversiones con el máximo profesionalismo, brindándoles acceso a las mejores oportunidades en Chile, Latinoamérica y a nivel global.
Muchas gracias,
Pablo Echeverria,
Presidente Moneda Patria Investments